indomables.
Tu voz se convierte en piel y recorre
las melodías de mis labios mudos.
La lluvia moja nuestras palabras y
ahoga nuestros pasados. Hoy sólo
fuimos los que nunca hemos sido.
Tu voz recorre
lentamente las cuerdas
de mis labios y con ellos
nacen las melodías más frágiles
envueltas en bravuras
de noche invernal.
Dime,
¿Cómo puedes ver en mi las puertas abiertas?
Dime,
¿Cómo puedes anhelar mi reflejo ahogado
en errores fatales?
Si sólo soy la hoja seca que
arrastra el otoño.
Mátame con la furia de tu
voz encarcelada,
mátame con el delirio
de tus melodías,
Mátame con las cuerdas de tu guitarra,
mátame con tu voz, mátame con tus manos,
mátame con tus besos,
Mátame, pero no me dejes sin tí.