domingo, 30 de mayo de 2010

V I E R N E S


De tus cantos nacen caricias
indomables.
Tu voz se convierte en piel y recorre
las melodías de mis labios mudos.
La lluvia moja nuestras palabras y
ahoga nuestros pasados. Hoy sólo
fuimos los que nunca hemos sido.

Tu voz recorre
lentamente las cuerdas
de mis labios y con ellos
nacen las melodías más frágiles
envueltas en bravuras
de noche invernal.

Dime,
¿Cómo puedes ver en mi las puertas abiertas?
Dime,
¿Cómo puedes anhelar mi reflejo ahogado
en errores fatales?
Si sólo soy la hoja seca que
arrastra el otoño.

Mátame con la furia de tu
voz encarcelada,
mátame con el delirio
de tus melodías,
Mátame con las cuerdas de tu guitarra,
mátame con tu voz, mátame con tus manos,
mátame con tus besos,
Mátame, pero no me dejes sin tí.


lunes, 17 de mayo de 2010


La luz incandescente de

Mi habitación vigila

Mis movimientos,

Mis miradas,

Conoce mis versos.

El umbral de la puerta no deja

Entrar a nadie que

Estropee mi soledad.

Los muebles hablan entre

Crujidos de frío despertar,

Me quieren atacar,

Me quieren matar en mi propia soledad.

Mis profundas lagunas negras,

Ahora sólo son un negro desierto,

Su agua se las ha bebido

Mi tristeza, mi locura,

Mi delirio.

Soy muerte en la vida y vida entre

La muerte.

Soy viento en el agua y agua en el viento.

Soy amor y odio al mismo tiempo,

Soy un torbellino de dulces sorpresas.

martes, 11 de mayo de 2010

Creen que esta soy yo


Y creen que esta soy yo,
Tan brillante y alocada,
Tan hermosa y espantosa,
Creen que soy la que ríe,
La que baila, la que no ama
A nadie.

Sin embargo soy la que se
Sienta en las cenizas del pasado,
La que le susurra al viento una
Oportunidad para reír,
La que busca en cada rayo
De sol algún amor perdido.

Soy la que se esconde detrás de las
Sombras del ayer,
Detrás de los escombros de la
Luna desolada.

Estoy muerta entre los vivos,
No soy como ellos,
No bebo la sangre
De indefensas hormigas
Voladoras.

Y creen que esta soy yo,
Tan desconcertantemente embriagada
De gozo,
Sin embargo soy la
Sombra de lo que fui.

.-


Dormida en mí

Propia somnolencia,

Atrapada como una mariposa

Sin alas con ansias de libertad.

Deseo jugar entre la nieve caliente,

Entre el mar seco,


Entre tus ojos y tu cuerpo.

Llorando le ruego

Al viento que me lleve con él,

Ya no quiero ser la esclava de sus

Voces quebradas.

Abuso de la botella como

Si fuera mi única salida,

Porque mi alma está muda y mis

Ojos derrochan palabras

Ciegas, inconcientes

De felicidad.

Dormida en mi agonía

Lluviosa,

Arrastrada por sobre el agua,

Arrastro mi sombra en ausencia de mi

Cuerpo desolado.

Tengo el alma muda

Y la cara llena de risa,

Tengo los ojos sordos,

Y mis piernas estancadas.

Soy como la luna,

Que resplandece cuando nadie

Está despierto.

sábado, 8 de mayo de 2010

Nada nuevo bajo el sol

Días como hoy, cuando el clima está perfecto, un lindo sol y un cielo poco contaminado. Es cuando no me dan ganas de salir
Es raro no querer hacer nada, siendo yo tan activa
No quiero ver a nadie, 3 ofertas de carretes para esta noche y nuguno me llama la atención. Hablo poco, como mucho (esta no soy yo) ¿Qué pasa? me pregunta el espejo, mi cuerpo le da la espalda y hace una llamada..... y no contesta nadie ¿Dónde están todos? . Soy la única que se encierra un sábado. Cuando le prometí a mis padres, en Marzo, que cambiaría, que dajaría los vicios, que sería menos hiperventilada y callejera no crei que me resultara. Y aquí estoy.

viernes, 7 de mayo de 2010

La noche mía


Todos ven mi silueta bailando
A lo lejos,
con la copa en la mano

Y un amante a mis píes.

La noche es de mi pertenencia,
el
Día lo duermo.
Mis amantes
se ahogan en mi
Veneno, mueren al instante
Y de ellos sólo quedan cenizas.

Mi cuerpo traspasa la frontera de lo permitido

Y esa copa es mi fiel compañera.
Me adueño de la noche
Como él se adueña de mi cuerpo,
Me adueño de las miradas
y de los
Cuerpos vacíos.

Y detrás del humo de mi cigarro se esconde Mi desolación

jueves, 6 de mayo de 2010

Mi propósito


En la oscuridad suelo

Cambiar tu fachada, entre

Caricias y besos yo iba

Desdibujándote.

Con el primer beso “achiné”

Tus ojos.

Cuando tu cuerpo se montaba

En mis huesos, yo

Disminuía tu anatomía

Cuando tu mano descubría

Mis montañas por debajo

De mi blusa, yo

Cubría de barro tu piel.

Al susurrar mi nombre entre

Silencios y espasmos

Tu voz retomaba

El sonido del lobo

Que espera mi carne

Aún congelada.

Y en la oscuridad, cuando

La pasión le gana a las palabras

Yo cubro tu piel con barro,

Petrifico tus cabellos y te

Cambio por completo.

Me entrego a ti pero

Sin ti,

Me entrego y al

Primer beso te cambio.

Busco en ti a aquel que se negó

Pero me aguarda.

Busco en ti un consuelo

Una excusa para tenerlo a él.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Los encontré en mis cuadernos


I

Te desapareces en mi

Conciente inconciencia

Y renaces del barro ensangrentado,

Rojo de pasión y negro

De dolor.

Como si de tu mirada

Cayeran serpientes, me enveneno

De ansias de poseerte.

Y ahora que ya no eres

Parte de mi sueño

Déjate caer como pájaro

Adormecido.

Que mi sombra errante

Envuelva tu silueta caminante

Hasta que nos volvamos

A encontrar, luego

De no habernos mirado ayer,

Luego de habernos

Ignorado por la eternidad

De nuestra juventud, tómame

Plena y bella

Antes de que se ponga el sol.

Toma mi mano y dibújate que te

Quiero cerca,

Toma mi piel y abrígate,

Que te quiero tener en mí,

Toma mis ojos y llora

Con ellos.

Tómame como el sol

Toma al cielo.

II

Del fuego de tu silueta

Se recoge mi sombra vagabunda

Cansada ya de seguir tu paso

De cenizas.

Del viento se

Alza mi mano y acaricia tu

Mejilla

Y de la traviesa noche

Renace mi cuerpo en reflejo

Del tuyo.

Yo no vivo por ti

Yo no lloro por ti,

Sólo estamos divirtiéndolos un rato

En esta noche eterna.

Del fuego de tu boca

Nace el fuego de mis manos.

Yo me ahogo en tus

Palabras,

Mientras que tú te ahogas

En mis silencios.

¿Cuándo te veré de nuevo?

III

Del humo de su boca

Se dibuja mi nombre y él lo quema

Para alejarme de su ser,

En su copa muerden mis labios y mis

Ojos se queman embriagados

En su veneno.

¿Juntemos el fuego de

Nuestros cuerpos?

Que venga y me embriague de su piel,

Que me ahogue dentro de su aliento.

Tómame joven y no esperes

A mis ojos sangrientos en milenios

Que nunca llegarán

Del humo de su boca

Se desdibuja mi silueta,

Ya no me quiere volver a ver.

La noche de él II

Mi lágrima quedó sepultada

En tu inconciencia,

Tu risa embriagada mataba a

Puñaladas mis sueños.

Y de tu cuerpo sólo emanaban movimientos

Descoordinados, movidos al

Compás de un recuerdo ahogado en una

Botella.

Mis susurros reveladores desaparecieron

En tu mente embriagada,

Los restos de una caricia murieron

En tu piel y el beso del final

Se ahogó en tu olvido.

Tú llorabas lágrimas alcoholizadas,

Yo lloraba, tú gritabas,

Ellos miraban.

Y mi lágrima quedó sepultada en tu

Inconciencia y el beso

Del final se ahogó en

Tu olvido.

Desde esa noche que no he vuelto

A beber, desde esa noche

Que no nos hemos vuelto a ver.

La noche de él


Entre copa y copa se fue

Confesando,

Entre copa y copa me iba matando.

Su cuerpo montado en mi cielo

Y mi cielo en su infierno.

Entre copa y copa él me iba matando,

Él ya no sentía sus piernas,

Yo ya no sentía mi alma.

Yo me ahogaba en su veneno,

Él gritaba al vacío de la noche.

Él se confesaba a las estrellas y sus

Piernas estaban estancadas en mi cielo.

Su infierno era tan grande como su veneno,

Su infierno era invisible

Ante ojos humanos,

Los nacientes rayos de sol

Dejaron ver su cuerpo ausente

De alma, su infierno

Envenenado entre risas y alucinaciones.

Los reflejos del sol

Revelaron mi mirada.

Revelaron mi alma perdida

En su infierno.

.


La brisa que entró por

Mi ventana hizo cenizas mi

Copa roja.

En el suelo mi sangre

Derramada con sabor a vino

Mi cigarro se la bebió

Y mi sombra sangraba mientras

Las fotografías rompían mis manos

Y de ellas volvían aquellos

Personajes, aquellas

Escenas, aquella

Maldad personificada.

La lluvia se hizo fuego,

Mi cuerpo se hizo

Público,

La noche se hizo día

Y mis manos se derritieron.

En su boca rompieron mis

Sueños, y mis

Lágrimas se volvieron

Vino entre sus dientes

Y de mi deseo nacieron

Mis ganas de un olvido,

Con el filo de la copa acuchillé

su sombra.

Tardes de otoño

Sucumben amarillentas hojas del

Árbol de mis recuerd

os.

Caen viejos pétalos de la rosa espinada

De mis pesadillas de antaño,

Se ahogan voces psicópatas en el pantano

Del estío, llorando perdones y

Sangrando traiciones.

Cuerpos titánicos se reducen a palabras

Entre mis dedos,

Despedidas forzadas son el

Agua que rodea este cuerpo de hierro,

Y caen hojas tristes en el otoño

De mi arrepentimiento, en el otoño

Estupefacto de tantos silencios lluviosos.

Se derramaron las noches perdidas,

Desaparecieron las sonrisas y apagaron

Las estrellas.

Me rodea un contorno amarillo,

Me acompañan árboles desarmados,

Dejando caer recuerdos entre mis cabellos

Rojos.

Se suicidaron los momentos vividos,

Se suicidaron las noches mías,

Se suicidaron las copas mías.

El presente me prohibió tenerte, y entre

Moribundos anhelos subterráneos llega

Tu silueta a mi mente.

Sucumben viejas promesas desde el

Centro de la tierra, caen y caen sollozos desde

Los árboles congelados en las

Tardes de otoño marchitas.

.-


La noche aullaba debajo

Mis piernas, el sol salía con cada

Palabra salida de sus ojos.

La noche aullaba entre sus ojos ciegos

Con espasmos sigiloso y un cigarro bailarín,

La luna entre mis manos mordía mis deseos

Prohibidos,

Quemaba sus labios al paso de cada segundo.

El tiempo fue mi enemigo,

La noche mi eterna aliada y mis labios entre

Mis manos se escapaban como pájaros del

Huracán.

Un reloj sordo quemaba mis gritos y

Hacía avanzar la noche.

El sol quemó mis palabras,

Se comió mis lamentos,

Derritió la noche con un rayo asesino

Ante mis ojos.

Se descarrilaron los sueños con el sol naciente,

Lágrimas rociaron el amanecer.

Su alma ahogada en viejos lamentos de

Media noche.

Mi alma ahogada en sus verdades asesinas.

S I N T I T U L O




Con la soledad entre mis

brazos bailo un tango traicionero.

Mis propias manos me apuñalaron

una tarde de otoño.


Y hoy estoy aquí, perdonandome

por aquellos que no quisieron perdonar,

castigandome por aquellos que me

abandonaron en un mar

de risas burlescas,

aislándome de todo lo que

me queda por destruir.


Clavé un cuchillo en mi rostro,

clavé una espina en mis ojos,

clavé estacas en mis entrañas y aun

así no morí. La infelicidad es inmortal,

el castigo terrenal es eternno,

dulce y traicionero.


Bailo el tango de la soledad

las tardes soleadas con

sabor a estio con el demonio,

ese demonio que es mi propia sombra.