miércoles, 5 de mayo de 2010

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La noche aullaba debajo

Mis piernas, el sol salía con cada

Palabra salida de sus ojos.

La noche aullaba entre sus ojos ciegos

Con espasmos sigiloso y un cigarro bailarín,

La luna entre mis manos mordía mis deseos

Prohibidos,

Quemaba sus labios al paso de cada segundo.

El tiempo fue mi enemigo,

La noche mi eterna aliada y mis labios entre

Mis manos se escapaban como pájaros del

Huracán.

Un reloj sordo quemaba mis gritos y

Hacía avanzar la noche.

El sol quemó mis palabras,

Se comió mis lamentos,

Derritió la noche con un rayo asesino

Ante mis ojos.

Se descarrilaron los sueños con el sol naciente,

Lágrimas rociaron el amanecer.

Su alma ahogada en viejos lamentos de

Media noche.

Mi alma ahogada en sus verdades asesinas.

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