La noche aullaba debajo
Mis piernas, el sol salía con cada
Palabra salida de sus ojos.
La noche aullaba entre sus ojos ciegos
Con espasmos sigiloso y un cigarro bailarín,
La luna entre mis manos mordía mis deseos
Prohibidos,
Quemaba sus labios al paso de cada segundo.
El tiempo fue mi enemigo,
La noche mi eterna aliada y mis labios entre
Mis manos se escapaban como pájaros del
Huracán.
Un reloj sordo quemaba mis gritos y
Hacía avanzar la noche.
El sol quemó mis palabras,
Se comió mis lamentos,
Derritió la noche con un rayo asesino
Ante mis ojos.
Se descarrilaron los sueños con el sol naciente,
Lágrimas rociaron el amanecer.
Su alma ahogada en viejos lamentos de
Media noche.
Mi alma ahogada en sus verdades asesinas.
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