Entre copa y copa se fue
Confesando,
Entre copa y copa me iba matando.
Su cuerpo montado en mi cielo
Y mi cielo en su infierno.
Entre copa y copa él me iba matando,
Él ya no sentía sus piernas,
Yo ya no sentía mi alma.
Yo me ahogaba en su veneno,
Él gritaba al vacío de la noche.
Él se confesaba a las estrellas y sus
Piernas estaban estancadas en mi cielo.
Su infierno era tan grande como su veneno,
Su infierno era invisible
Ante ojos humanos,
Los nacientes rayos de sol
Dejaron ver su cuerpo ausente
De alma, su infierno
Envenenado entre risas y alucinaciones.
Los reflejos del sol
Revelaron mi mirada.
Revelaron mi alma perdida
En su infierno.
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