miércoles, 5 de mayo de 2010

La noche de él


Entre copa y copa se fue

Confesando,

Entre copa y copa me iba matando.

Su cuerpo montado en mi cielo

Y mi cielo en su infierno.

Entre copa y copa él me iba matando,

Él ya no sentía sus piernas,

Yo ya no sentía mi alma.

Yo me ahogaba en su veneno,

Él gritaba al vacío de la noche.

Él se confesaba a las estrellas y sus

Piernas estaban estancadas en mi cielo.

Su infierno era tan grande como su veneno,

Su infierno era invisible

Ante ojos humanos,

Los nacientes rayos de sol

Dejaron ver su cuerpo ausente

De alma, su infierno

Envenenado entre risas y alucinaciones.

Los reflejos del sol

Revelaron mi mirada.

Revelaron mi alma perdida

En su infierno.

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