sábado, 17 de noviembre de 2012


Aunque el invierno arrastre el sol,
Yo seguiré vistiéndome de primavera.
Aunque los silencios me arrebaten
Los sueños, yo seguiré nadando.

Aunque las nubes se lleven la luz,
Yo seguiré buscando soles imaginarios.
Camino sin piernas y sin voz,
No hay sitio donde llegar más
Que a tus brazos, el acantilado
De mis milagros.

Aunque el inverno se lleve este
Amor, yo seguiré fingiendo risas. 

¿Y ahora quién bautizará mi silencio?
¿Quién será el naufrago de mis deseos
Muertos?

Ya no queda nadie en mi lista
De recuerdos, hasta el mar me
Abandonó.

Tengo la mirada hacia dentro,
El llano como vestido y los silencios
Son mis cómplices, acompañan la
Desolación, escriben mis llantos.
Ya no hay sueños en mis cantos
Las reinas de mi alma se escondieron y
El grito de la noche  huyó conmigo.

¿Ahora quién bautizará el delirio?
¿Quién le dará colores a mi cuerpo?
¿Quién tapará las grietas del deseo?

Ya no hay nadie en mi lista de amores,
Todos se los tragó mi odio. 

Por vez primera



Malditos soles que iluminan
Mis dolores
Maldita el agua que ahogó
Las sonrisas en lluvias de
Lágrimas silenciosas.

Sangró la alegría entre mis
Piernas, se acabó la vida en
Una cárcel de sábanas azules.
La última inocencia se suicidó,
Ya no queda sangre por derramar.

La muerte llueve entre mis dedos,
Se lleva el grito silencioso de mis pasos y
Las risas borrachas de las noches.

Ya no queda sangre por derramar,
La última inocencia se despidió gritando de alegría.

Ahora, ¿cómo borraré las marcas de
La vejez? Marcas de placer estancadas
Hace veinte años.
¿Cómo borraré las manos fogosas de mis piernas?
¿Cómo borraré los ojos ardientes de mis senos?

Ya no queda sangre por derramar,
La última inocencia encontró su cruz.