martes, 28 de enero de 2014

Naima

Había en sus
ojos un llanto acariciado
de cenizas,
unas manos quebradas
por las piedras de su pasado
oscuro.
Había en sus pasos
el temor ciego del regreso,
la nostalgia acorralada en
secretos de guerras y espadas.
Ella nació del temor
de un suspiro,
de un pedazo de cielo bombardeado.
Ella había escondido su
sonrisa detrás de sus manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario